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Para empezar, es una ubicación maravillosa en la costa de España y las múltiples opciones de piscinas eran increíbles. Los toboganes no eran adecuados para personas grandes o altas, pero los niños parecían disfrutar mucho. El camping tenía una panadería y un supermercado estupendos con precios razonables. Hay un parque infantil decente cerca de la piscina de arena con el Faro y puedes comprar unos magníficos cócteles y helados. Hay un pequeño salón recreativo en el restaurante principal con el carrito de Mario, Halo y algunos juegos de premio con garras y un gran campo de fútbol y zona de minigolf al lado.

La playa Platja de Ponent está a 10 minutos a pie y era más cálida que las piscinas, pero no es una playa muy limpia, con cristales rotos en los caminos y basura en la playa que tuvimos que recoger.

Nos alojamos en el A48, un bungalow de 2 habitaciones que era estupendo para 4 personas, pero en el que podían dormir hasta 6 si necesitabas más espacio. En nuestra habitación había dos camas individuales y una de matrimonio, pero el salón también se podía convertir en dos camas más. Las cortinas tapaban bien la luz, pero te costará dormir demasiado.

Tenía una pequeña cocina, fregadero, microondas y un frigorífico grande, así como aire acondicionado. Estaba a una distancia razonable de la zona de la piscina principal y del restaurante, pero oíamos claramente el espectáculo nocturno hasta las 11-1125 de la noche, lo cual era un poco molesto, pero descubrimos que muchos de los otros huéspedes lo disfrutaban.

Se suministran muchas toallas de playa y de baño, que se cambian cada 3 días, y hay un tendedero gratuito en el exterior que seca rápidamente cualquier equipo de playa/piscina. El cuarto de baño tenía un tamaño razonable, pero el lavabo no desaguaba muy bien, aunque la ducha tenía buena presión de agua.

El canto de los pájaros todas las mañanas es una forma maravillosa de despertarse, y todo el complejo es bastante tranquilo hasta las 10 de la mañana, cuando abren las piscinas y las familias hacen cola en la panadería para comprar pan recién hecho y café.

Hay mucho aparcamiento gratuito fuera de temporada (mayo) y el wifi es manejable, pero no esperes calidad de vídeo UHD y subir fotos para hacer copias de seguridad era tedioso. Hay una lavandería estupenda, pero es un servicio gestionado, así que pagas por adelantado y dejas tus prendas para que las laven, las sequen o ambas cosas, y ellos las doblan y te las devuelven en unas 2 horas por 11 €, lo cual es razonable.

Hay una panadería estupenda con un flujo constante de pan y pasteles recién horneados, y un Supermercado Cambrils Park con una cantidad razonable de marcas conocidas de España, Reino Unido y Holanda a precios bastante decentes. Hay un gran Mercadona a pocos minutos a pie que ofrece artículos a precios aún más baratos. Si aún así no encuentras lo que necesitas, hay un Lidl y un supermercado Esclat a unos minutos en coche.

Las piscinas estaban demasiado frías, podrían haberse calentado con energía solar para que fueran adecuadas para los visitantes de principios de mayo. Además, las actividades para niños eran adecuadas para menores de 3 ó 4-5 años, y no mucho para niños mayores, hablando con otros padres. El spa era la única opción de piscina caliente y costaba 18 euros para dos adultos y un niño por un baño de dos horas. El horario familiar en el spa es de 12 a 16 h todos los días y hay que reservar un hueco. Además, si no llevabas gorro de baño, tenías que pagar 3 euros más por persona. Esto se encarece muy rápidamente.

La lavandería costaba 5 € por lavado o 6 € por secado y doblado, que es un precio decente por una bolsa de ropa. Pero tienes que utilizar su servicio de lavandería, no puedes lavar tus propias cosas. Además, la caja fuerte de la habitación requería una llave que no estaba incluida, pero la habitación funcionaba con pulseras RFID, lo cual era mejor en muchos sentidos.

Si puedes, yo evitaría los bungalows más cercanos a la zona de la piscina si tienes niños pequeños y también los de la parte superior izquierda (A62,A63,A53) porque están en la esquina, cerca de la rotonda y de grandes contenedores. También en la guía de la caja había que tirar toda la comida a los contenedores. Mucha podría haber sido donada o utilizada en los contenedores de lombrices para crear abono. También es probable que haya un montón de ropa que podría recogerse para obras benéficas cuando las familias se den cuenta de que lo que empacaron de camino no cabe en la maleta para el vuelo de vuelta a casa.

Para variar un poco, fuimos a Salou dos noches y comimos unas hamburguesas maravillosas en 70 “s & 80” s y comida que nos cambió la vida en el Restaurante Thai Salou. Hicimos una excursión de un día a Reus, una ciudad preciosa en la que visitamos el Museo Gaudí, situado en la Plaça del Mercadal, y donde había muchas tiendecitas bonitas.

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